El papa Francisco: «La comida no es propiedad privada»

27 marzo 19

El líder católico subrayó la importancia de compartir

El papa Francisco: «La comida no es propiedad privada»

El papa Francisco pidió este miércoles pensar en los muchos «niños hambrientos» que hay en el mundo y denunció que «la comida no es propiedad privada», durante la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro.

El pontífice argentino reflexionó ante los fieles sobre la oración del Padrenuestro y se detuvo en la frase que dice «Danos nuestro pan de cada día».

«Pensamos en los niños que están en países en guerra: los niños hambrientos de Yemen, los niños hambrientos en Siria, los niños hambrientos en muchos países donde no hay pan, en Sudán del Sur. Pesamos a estos niños y al pensar en ellos juntos, decimos en voz alta la oración: «Padre, danos hoy el pan de cada día», afirmó.

Al respecto, y hablando del milagro de la multiplicación del pan realizado por Jesús, el Papa destacó la generosidad del muchacho que compartió su provisión de cinco panes y dos peces. «Había comprendido la lección del Padrenuestro: que el alimento no es propiedad privada – metámonos esto en la cabeza: el alimento no es propiedad privada – sino providencia para ser compartida, con la gracia de Dios».

Francisco, además, se refirió al sufrimiento de aquellas familias que no cuentan con los medios para asegurar la alimentación de sus hijos. «Cuántas madres y padres, incluso hoy, se van a dormir con el tormento de no tener suficiente pan mañana para sus hijos! Imaginamos esta oración recitada no en la seguridad de un apartamento cómodo, sino en la precariedad de una habitación en la que nos adaptamos, donde no hay suficiente para vivir», señaló.

En el saludo en español, el papa rogó al Señor para «que no nos haga faltar nuestro pan cotidiano, y nos ayude a comprender que este no es una propiedad privada sino, ayudados por su gracia, es providencia para compartir y oportunidad para salir al encuentro de los demás, especialmente de los pobres y necesitados».

Francisco llevó a la plaza a la religiosa italiana Maria Concetta Esu, de 85 años, misionera en África desde hace casi 60 años, durante los cuales ha ayudado a nacer a más de 3.000 niños, y a quien puso como ejemplo de todos aquellos que «no son noticia».

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